Feb 27, 23

Salud vs. Edulcorantes: Un Viaje en el Tiempo

Para entender la crisis de salud por obesidad y enfermedades crónicas degenerativas que la humanidad en general está padeciendo, es necesario saber cómo llegamos a ella. Cómo fuimos introduciendo endulzantes a nuestro consumo cotidiano de alimentos, en un principio de origen natural y más recientemente artificiales fabricados por el hombre, hasta llegar a nuestra situación actual.

 

La glucosa, una forma simple de azúcar o monosacárido, es la fuente primaria de energía para cada célula de nuestro cuerpo, siendo el cerebro el órgano que más calorías consume. Desde tiempos prehistóricos, para su supervivencia, el humano aprendió a buscar alimentos ricos en energía, es decir de sabor dulce que le aportara glucosa. Esta azúcar la encontraba dentro de los alimentos que recolectaba. Pero ¿cuándo comenzamos a añadir endulzantes a nuestros alimentos?

 

LA GLUCOSA ES LA FUENTE PRIMARIA DE ENERGÍA PARA CADA CÉLULA, SIENDO EL CEREBRO EL ÓRGANO QUE MÁS CALORÍAS CONSUME.

 

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Los primeros edulcorantes naturales: Una dulce alternativa

 

La miel es el endulzante más antiguo conocido por la humanidad, de hecho, el único utilizado por varios miles de años. Su uso es anterior a la aparición de la agricultura y existe evidencia de su recolección hace más de 8,000 años en las pinturas rupestres de la "Cueva de la araña" en Valencia, España. Los primeros rastros de la domesticación de la abeja datan del 2,400 A.C. en la isla de Creta, en el mar mediterráneo. Muchas culturas en el mundo (egipcios, mayas, romanos, chinos, hindúes, etc.) también le dieron usos medicinales y religiosos/rituales. Se sabe que en el siglo IV A.C., Hipócrates, padre de la medicina occidental, la usaba y recetaba a sus pacientes para consumo frecuente moderado, viviendo hasta los 107 años.

 

La miel ha acompañado nuestra dieta por tanto tiempo por sus cualidades energéticas y nutrimentales. Es un producto natural de fácil digestión que no crea altos picos glucémicos, con un índice endulzante similar al de la sacarosa (azúcar). Su contenido calórico proviene principalmente de la fructosa y la glucosa. Tiene propiedades antibióticas, antioxidantes, bactericida, antiinflamatorio, cicatrizante y se considera un prebiótico por sus oligosacáridos que estimulan el desarrollo de bacterias benéficas en el intestino.

 

LA MIEL HA ACOMPAÑADO NUESTRA DIETA POR TANTO TIEMPO QUE ES UN PRODUCTO NATURAL FÁCIL DE DIGERIR QUE NO CREA ALTOS PICOS GLUCÉMICOS.

 

 

La caña de azúcar (Saccharum ocinarum) es originaria de Nueva Guinea donde sus pobladores masticaban su pulpa para obtener el jugo dulce hace más de 8,000 años. Los polinesios la llevaron al sudeste asiático, India y sur de China. Ahí comenzó a extraerse el jugo para procesarlo y obtener lo que comúnmente conocemos como “azúcar" (sacarosa que se compone de glucosa y fructosa) para añadirla en la preparación de alimentos. En el año 510 A..C Persia invade La India y lleva el azúcar al medio oriente. En el siglo VII D.C. los árabes invaden Persia y comienzan a expandir el uso del azúcar al norte de África y sur de España, sin embargo, permanece desconocida por el resto de Europa hasta las primeras cruzadas cristianas en el siglo XI.

 

Durante la edad media sigue siendo un producto escaso y caro y su consumo está limitado a las clases pudientes. En 1493, Cristóbal Colón en su segundo viaje introduce el cultivo de la caña de azúcar en América, donde su producción crecería a niveles exponenciales generando grandes riquezas a las potencias colonialistas al grado de llamarla el “oro blanco”. Más de 12 millones de humanos fueron esclavizados en África para obtener la mano de obra económica necesaria en las plantaciones / fábricas de azúcar en las colonias de América.

 

CRISTÓBAL COLÓN INTRODUCE EL CULTIVO DE LA CAÑA EN AMÉRICA, DONDE SU PRODUCCIÓN CRECE A NIVELES EXPONENCIALES, GENERANDO GRANDES RIQUEZAS AL GRADO DE LLAMARLA EL “ORO BLANCO”.

 

 

Ya para el siglo XVIII, podemos hablar de un consumo popular a nivel mundial con una demanda en aumento hasta finales del siglo XX. Las florecientes industrias transnacionales procesadoras de alimentos son los mayores clientes de la industria azucarera y así se convierte en un ingrediente omnipresente en todas las mesas del mundo.

 

El auge de los edulcorantes artificiales: ¿Una solución o un problema?

 

En la década de 1950, comienzan a difundirse datos médicos que asocian el azúcar con la diabetes y otras enfermedades derivadas del sobrepeso que su excesivo consumo produce. Las industrias de bebidas y alimentos procesados comenzaron a utilizar edulcorantes artificiales no calóricos de fabricación industrial para mantener la demanda de sus productos por parte de consumidores preocupados por las calorías del azúcar. Estos productos “light” se comercializan como una opción dietética que no causa los picos glucémicos de sus productos regulares, con la misma dulzura. El público en general los asocia a la idea de “bueno para la salud”, “sano”; comenzando su consumo indiscriminado.

 

La sacarina se produjo por primera vez en un laboratorio en 1879, pero no tuvo mucho uso hasta la Segunda Guerra Mundial por el desabasto de azúcar. En los 60's es usada sobre todo en la producción de sodas dietéticas. En Estados Unidos se le puso un moratorio a su consumo de 1977 a 1991 por evidencias clínicas de su asociación con cáncer de vejiga. Se encuentra en marcas como “sweet’n low” y es 300-400 veces más dulce que la sacarosa. Es un compuesto químico que nuestro cuerpo no metaboliza y altera nuestra microbiota intestinal antes de ser expulsada.

 

Artículo relacionado: Microbiota y Salud

 

LOS PRODUCTOS "LIGHT" SE COMERCIALIZAN COMO OPCIÓN DIETÉTICA. EL PÚBLICO GENERAL LOS ASOCIA A LA IDEA DE "BUENO PARA LA SALUD", "SANO", COMENZANDO SU CONSUMO INDISCRIMINADO.

 

 

 

El aspartame fue descubierto en 1965 por una farmacéutica multinacional y adquirida posteriormente por la compañía Monsanto. Es 200 veces más dulce que la sacarosa y se emplea en la fabricación de numerosos alimentos en todo el mundo; se comercializa con marcas como NutraSweet y Canderel. Hay estudios que lo asocian a la epilepsia y varios tipos de cáncer. Otros edulcorantes artificiales no calóricos fueron desarrollados y aprobados para consumo humano en la última parte del siglo XX: sucralosa, neotame, acesulfame, etcétera. Aunque no existe un consenso médico general, muchos estudios clínicos señalan una relación de su excesivo consumo con aumento de apetito y sobrepeso, inflamación crónica, riesgo de diabetes, depresión, riesgo de cáncer, dolores de cabeza, disbiosis intestinal, y la lista sigue.

 

En 1967 el Jarabe de Maíz de Alta Fructosa (JMAF por sus siglas en español) aparece en escena. Es derivado, con procesos químicos, del almidón del maíz transgénico de la compañía Monsanto y otras multinacionales. Los excedentes de la sobreproducción de maíz encontraron la forma de ser introducidos en los alimentos procesados sustituyendo progresivamente al azúcar, que se volvió cada vez más cara desde la abolición de la esclavitud. El reemplazo de la sacarosa por el Jarabe de Maíz de Alta Fructosa JMAF es considerado por muchos médicos y científicos el evento más importante de la patogénesis de obesidad y diabetes, el origen de la crisis mundial de salud actual. Su consumo excesivo está asociado además al Síndrome Metabólico, enfermedades cardiovasculares y aumento considerable del ácido úrico. Se ha demostrado científicamente que ocasiona una sobreproducción de la hormona gástrica Grelina que regula el apetito y la homeostasis nutricional. A mayor cantidad de Grelina, mayor sensación de hambre. Esta sobreproducción hormonal promueve la obesidad y la resistencia a la insulina. Puede crear un patrón de “...como y como y sigo teniendo hambre”.

 

EL REEMPLAZO DE LA SACAROSA POR EL JARABE DE MAÍZ DE ALTA FRUCTOSA ES CONSIDERADO POR MUCHOS MÉDICOS CIENTÍFICOS EL EVENTO MÁS IMPORTANTE DE LA PATOGÉNESIS DE OBESIDAD Y DIABETES. EL ORIGEN DE LA CRISIS MUNDIAL DE SALUD ACTUAL.



 

En México, a partir de la entrada en vigor del tratado de libre comercio de América del Norte en 1994, comienza el consumo del JMAF y los edulcorantes artificiales no calóricos aprobados por la FDA de Estados Unidos. En la primera década de este siglo, el consumo de azúcar disminuyó anualmente 2.7 % mientras el consumo de JMAF se incrementó a un ritmo de 40% en promedio anual para el mismo periodo. El consumo de los edulcorantes no calóricos artificiales creció a una tasa anual promedio de 10.7%.

 

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Las compañías multinacionales productoras de alimentos procesados y bebidas promueven sus productos “bajos en calorías”, “sin azúcar” para hacer crecer su mercado. Esta mercadotecnia hace que el consumidor los perciba como “alternativa saludable” cuando la diabetes y las enfermedades cardiovasculares son su preocupación. Los resultados en su salud por consumo crónico de estos productos son directamente inversos a los anunciados, son lo contrario a saludable. La seguridad en el consumo de estos edulcorantes se aprueba por los organismos de cada región o país y va condicionada a un volumen diario preestablecido. No se prueban con exceso de consumo y los productos que consumimos no llevan en sus etiquetas las cantidades que contienen, escondiéndose bajo el pretexto de fórmulas con patente comercial no divulgable. No se sabe que cantidad de ellos ingerimos. Esos ingredientes dañinos están presentes en todos los alimentos procesados, no sólo los "dietéticos". Cuando las etiquetas dicen "azúcares añadidos" por lo general se refieren a estas sustancias dañinas.

 

Desde la época de las cavernas hasta bien entrado el Siglo XXI, todo indica que lo más natural es lo más saludable. Dejar de consumir los alimentos procesados industrialmente con ingredientes dañinos y regresar a lo que proviene directamente de la naturaleza es nuestra mejor opción para sanar y vivir con salud. Si existen las opciones. El cuerpo humano es una obra maravillosa de la evolución que tomó mucho tiempo en diseñarse y no puede adaptarse al ritmo de los intereses lucrativos de los emporios agroindustriales. Eso sí, hay que recordar el sabio dicho popular “...de lo bueno, poco” y cabe añadir, “de lo malo, mejor nada”.

 

Referencias:

 

(n.d.). Seguridad y regulación. International Sweeteners Association. https://www.sweeteners.org/es/seguridad-y-regulacion/

 

(n.d.). Impacto del uso de edulcorantes no calóricos en la salud cardiometabólica. Science Direct. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0120563319302190

 

(n.d.). Qué tan dulce es: Todo sobre los edulcorantes. FDA. https://www.fda.gov/consumers/articulos-para-el-consumidor-en-espanol/que-tan-dulce-es-todo-sobre-los-edulcorantes

 

(n.d.). El verdadero mensaje de la OMS sobre los edulcorantes. El País. https://elpais.com/gastronomia/el-comidista/2023-05-17/el-verdadero-mensaje-de-la-oms-sobre-los-edulcorantes.html

Por: Equipo Elevaté

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