La manteca de karité es una grasa vegetal no refinada obtenida de las semillas del árbol africano Vitellaria paradoxa (Butyrospermum parkii). Su composición única con un alto contenido de triglicéridos, ésteres de ácidos grasos, fitosteroles, tocoferoles (vitamina E) y catequinas antioxidantes, la convierte en un emoliente biológico completo, con una estructura muy similar a los lípidos naturales de la piel.
Su fracción insaponificable, rica en triterpenos (lupeol, amirina, butirospermol), le confiere propiedades antiinflamatorias y reparadoras, que favorecen la epitelización y regeneración, aparte de reducir la producción de mediadores proinflamatorios y calmar pieles irritadas o sensibilizadas.